Un año.
Un año que pensé que sería suficiente para desengancharme de ti.
Que mentira.
Ni con un año entero sin verte, ni oírte, ni sentirte, ni hablarte me ha bastado para borrar tus besos de mi piel.
Todo empezó a liarse hace pocos días, cuando se me ocurrió escribirte y acabamos hablando casi dos horas al teléfono. Recuerdo que me sentí rara, con cierto cosquilleo en el estómago que no supe descifrar. Recuerdo que pensé que sería hambre.
Que ingenua.
Después de aquello recuerdo que no paraba de pensarte y empecé a asustarme un poco.
Relájate, ni de coña sientes cosas por él, ha pasado un año. Me dije, ilusa de mi.
Y entonces se lió parda, con la segunda llamada. El ya mencionado cosquilleo volvió a mi estómago, haciéndome sentir indefensa y frágil. Hablamos de muchas cosas, sin sentido muchas, sin apenas profundizar en otras. Recuerdo que te dije que estaba confusa, que tenía los sentimientos enredados.
Tengo tus palabras grabadas a fuego.
"Cuando yo sea capaz de escucharlo de nuevo, te aviso"
Tuve que callarme porque rompí a llorar. ¿Acaso significaba eso que también sentías cosas por mi?
Ni de coña.
Pero me encendió el corazón. Todo volvió a aparecer.
Como lloré cuando colgamos. Lágrimas descontroladas, desordenadas, perdidas no paraban de caer por mis mejillas. Mi amiga intentaba calmarme pero yo no podía pensar en otra cosa que no fueran tus besos, tus caricias, tu voz.
Ahora tengo claro lo que siento, y me aterra, sinceramente. Estoy segura de que tu no lo compartes, pero no me da miedo que no me quieras; creo que me da más miedo que sí lo hagas. Mi corazón no podría soportar perderte otra vez, no sé si podría volver a dejarte entrar.
Me gustaría que me dijeras con total sinceridad qué sientes tu por mi. Pero la verdad, sin paños calientes, ni mentiras de jarabe. Simple y llanamente la verdad. Supongo que me ayudaría saber si de verdad sigues sintiendo cosas por mi o, si por el contrario, no se te eriza ni un solo pelo del cuerpo al pensar en mi. Si ya no significo nada. Si simplemente soy pasado.
"Sabes que somos dos desastres naturales, tu lava está fundiendo mi armadura; y yo en tus piernas pierdo los modales, ¡ay, amor!"