Sólo tenían que hablar. No hacía falta más.
Julieta estaba, o creía estar, enamorada de Romeo. No tenía completamente claros sus sentimientos, sólo sabía que sentía cosas muy especiales y muy intensas. Quizá era cariño, quizá era amor, quizá era deseo, quizá era amistad, quizá era otra cosa. No lo sabía, pero quería averiguarlo.
Romeo quería lo mejor para Julieta, ser su apoyo, su amigo, su protector. Siempre fue así. Algo en él le instaba a querer velar por la seguridad de Julieta. Quizá era la impotencia que sentía por las cosas que había tenido que vivir Julieta, quizá era otra cosa.
Mañana lo descubrirían, mañana se verían, mañana hablarían.
Mañana.
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