Música

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Be happy

Ella era una chica corriente, hacía lo que toda adolescente normal.
Pero ella tenía una manera diferente de expresar lo que pensaba, pues no aguantaba que le mandaran callar. Ella escribía.
Escribía todo tipo de historias: de aspectos cotidianos, de tonterías que le pasaban en su día a día, de amores inesperados, de aventureros que vivían experiencias únicas, de magos y brujas, de seres fantásticos.. Ella amaba escribir. Era su forma favorita de ser feliz, porque al fin y al cabo, la vida se basa en eso, en ser feliz. Y ella encontraba esa felicidad tanto en los libros que leía, como en los propios que escribía.
Tal era su pasión por la lectura y tanta relación le veía con su felicidad que llegó un punto en el que toda su vida se basaba en ello, pero claro, eso tampoco es bueno.
Dejó de salir, no hacía caso alguno a sus amigos, a sus padres, a sus seres queridos.. Y eso, al fin y al cabo, pasó factura.
Todo esto sucedía mientras ella se enfrascaba cada vez más en un libro que estaba escribiendo sobre la felicidad; y cuando al fin lo publicó, a sus diecisiete años de edad, se dio cuenta de lo irónico de la situación: al centrarse en escribir sobre "la felicidad", la había perdido realmente .
Ahora ella, se pensaba si verdaderamente había sido buena idea escribir ese libro. Se centró en hallar las míticas y tan ansiadas claves de la felicidad mientras la perdía. Menuda redundancia.
Años más tarde, al releer su libro, se dio cuenta, que aparte de que su felicidad fuera escribir, también lo eran las personas que la rodeaban, porque, aunque ella no se diera cuenta, ellos estaban ahí, apoyándola pese a todo. Y entonces decidió que tenía que enmendar su error, que las cosas no podían quedar así. Poco a poco fue hablando y recuperando antiguas amistades, y con el paso del tiempo, sus círculos se fueron cerrando, todo empezaba a ser como antes.
Las cosas mejoraron, ella volvía a tener a sus seres queridos consigo, y a sus amigos y no tan amigos, todo sea dicho; pero al fin y al cabo, lo que más recuperó fue su felicidad: esa que le fue quitada al hacer lo que más felicidad creía que le daba.
Ella aprendió la lección: has de hacer lo que te haga feliz, pero no por ello debes alejarte de las personas que te quieren...
Y tú, ¿la aprendiste?

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